Antología de Poesía Beat

Prólogo y Selección de POESÍA BEAT

(Buenos Aires Poetry, Colección Abracadabra 2017)

Cierto o no, la palabra “Beat” se escuchó por primera vez en una esquina de Time Square, en 1947, en boca del ángel-antihéroe-inconformista Herbert Huncke en un momento de evanescente exaltación. Tiempo después resonó en la cabeza de Jack Kerouac con un significado nuevo que en última instancia se relacionaba con lo beatífico. William Burroughs aseguraba que “el movimiento literario Beat llegó exactamente en el momento justo y dijo algo que millones de personas de todas las nacionalidades en el mundo estaban esperando escuchar” . Setenta años después, en un mundo que muestra una peligrosa tendencia a cerrarse y abrirse en ondulaciones de control, recuperar la voz de los Beat es en cierto modo una declaración de principios, una forma de inmortalizar intacta nuestra derrota.

En el prefacio a la antología The Beat Book publicada en 1996 por la poeta Anne Waldman, Allen Ginsberg enumera las características del movimiento: curiosidad en la naturaleza de la consciencia que condujo a un conocimiento del pensamiento oriental, práctica de la meditación, liberación espiritual, liberación sexual, liberación gay, antifascismo, enfoque no violento y pacífico de la política, multiculturalismo, absorción de la cultura negra, buen humor, franqueza espontánea, sinceridad no premeditada en la vida y el arte, interés en las sustancias psicodélicas como herramientas educativas, erotismo.

Si el fenómeno explota con la publicación de Howl de Ginsberg en 1956 y On the Road de Kerouac en 1957, la gestación y desarrollo de la “Generación Beat” se remonta a más de diez años antes, a mediados de la década de 1940, en Nueva York. Es el momento en que entra en contacto un grupo de hombres y mujeres de orígenes y recorridos muy diferentes. Algunos quieren ser poetas y escritores (Kerouac, Ginsberg, J.C. Holmes), otros ya lo son (Burroughs) pero su obra no encaja en los cánones de la época, y algunos no escriben (Neal Cassady) pero comparten la misma filosofía de vida: rebelarse al conformismo y conservadurismo que predomina en Estados Unidos en ese momento. El proceso es lento y no deliberado. ¿Cómo se definían ellos mismos? En “This is the Beat Generation”, el articulo publicado por Holmes en el New York Times en 1952, habla de una “revolución cultural en desarrollo, hecha por una generación de jóvenes apartidarios posterior a la Segunda Guerra Mundial y entrando en la Guerra Fría sin valores espirituales que pudiesen honrar”.

En lo estrictamente literario, podríamos hablar de cuatro movimientos interconectados: la Generación Beat, Black Mountain College, los poetas de Nueva York y el Renacimiento de San Francisco. Anne Waldman confiesa en The Beat Book que editar una antología de la generación es “más bien meter un dragón en una caja de cerillas”.

Este libro, que presenta textos hasta ahora nunca traducidos al español e incluye poetas que ha menudo no integran las antologías Beat, ha enfrentado el mismo desafío. La prioridad ha sido inclusiva y abarcadora. Hay un explícito reconocimiento al papel de las mujeres en la literatura Beat, un papel desdeñado durante décadas y que se ha comenzado a recuperar desde hace unos 20 años.

Juan Arabia – Mariano Rolando Andrade, Buenos Aires, junio de 2017.


He dado una justa advertencia, de Philip Lamantia

He dado una justa advertencia

Chicago Nueva York Los Ángeles han caído

He ido a Swan City donde el fantasme de Maldoror puede que todavía deambule

El Sur es muy civilizado

He comido cola de rinoceronte

Esta es la última noche entre los cocodrilos

Albion abre su puño en un palmeral

Observaré joyas moteadas crecer en el lomo de los caballos caídos en guerra

La exultación cabalga por

una amapola del tamaño del sol en mi cráneo

He dado una justa advertencia

En el momento de las nubes y de los cadáveres aquí puedo hacer el amor como

en cualquier sitio.

Extraído de The Portable Beat Reader, editado por Ann Charters, Penguin Books. Traducción de Juan Arabia


Hala mi margarita, de Jack Kerouac, Allen Ginsberg y Neil Cassady

Hala mi margarita

vuelca mi tacita

todas mis puertas abiertas

Mis pensamientos agrietas

buscando cocos

todos mis huevos están rotos

Levanta mi Arden

apuerta mis parasoles cabales

congoja mi vía está ya dicha

Enseda mi huerta

enrosa mis días

ahora mis plegarias despiertas

Enhuesa mi sombra

empaloma mi sueño

desangra mi aureola

Ordeña mi pensamiento

y hazme crema

cuando esté listo, beba

Sobre mi corazón, salta

arpea mi alza

serafines me tienen firme

A mi ángel de gala viste

publicita mi luz

déjala sobre los que no tiene plus

Cura el agua de lluvia

al ojo sutura

rompe mi polvo de nuevo

el gusano lloriqueo

el sabio trabaja

lo mismo cava con mi pala

Detén el timo

cuál es el hechizo

dónde es el velorio

cómo están los pueblerinos

toma mi viga de oro

Asalta mi casillero

lame mis rocas

suelta mi gallo en el colegio

patea a mis faltas en las bolas

alóndrame la pinta

salta directo en mi vasija

Prostituye mi puerta

golpea a mi bestia

cómete mi serpiente de pendejo

Enloquéceme el pelo

desnuda mi desahuciadas

nalgas de lana esquilada

di mi ¡disculpa!

ábreme la cubierta

Muerde mi nuez desnuda

Rueda mi osamenta

toca mi campanilla

invita a mi lombriz a la comida

Sé el papa de mis piezas

estalla mi cazuela

levanta mi margarita

mi hueco se marchita

Extraído de The Postmoderns: The New American Poetry Revised, editado por Donald Allen y George Butterick, Grove Press, Nueva York, 1982. Traducción de Adalber Sálas Hernández.


Mañana, mañana, de Tuli Kupferberg

Mañana, mañana

Me siento tan solo en la mañana

Mañana, mañana

La mañana me trae dolor

Brillo de sol, brillo de sol

El brillo del sol ríe sobre mi rostro

Y la gloria de crecer

Me coloca en mi putrefacto lugar

Atardecer, atardecer

Me siento tan solo al atardecer

Atardecer, atardecer

El atardecer me trae dolor

Brillo de luna, brillo de luna

El brillo de la luna aquieta con gracia

                                           a las colinas

Y el secreto del resplandor

Busca quebrar mi ingenuo rostro

Noche, noche

Apaga la sangre en mi mejilla

Noche, noche

No me trae el alivio

Brillo de estrellas, brillo de estrellas

Siento tanto amor bajo el brillo

                                    de las estrellas

Brillo de estrellas, brillo de estrellas

Amor, bésame mientras sollozo

Canción grabada por The Fugs en su álbum The Fugs (1966). Traducción Mariano Rolando Andrade.

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