Cobertura Bienal de Performance

Performance de Pablo Schanton y Alejandro Ros

Nota escrita por Lourdes Calderón.

Fotos: Gentileza BP.19 Foto Marino Balbuena

El cuerpo también puede ser arte y quien se encuentre en Buenos Aires o Córdoba este mes de mayo podrá confirmarlo acercándose a ver alguna de las obras que ofrece la Bienal de Performance. En su tercera edición ofrece una extensa programación que incluye conferencias, proyecciones de películas y presentaciones de libros, destinados a poner el foco en obras artísticas en las que el cuerpo es utilizado como soporte o medio para llevar a cabo experiencias ligadas a lo físico, características de prácticas contemporáneas.

Las prácticas performáticas consisten en acciones realizadas a partir del cuerpo, es decir, la obra no es un objeto. De esta manera también se modifica el papel del espectador que en ocasiones se vuelve más activo dado que su mirada puede ser devuelta por los cuerpos performáticos. Así se abre el juego a otras tomas de conciencia del rol del observador. Pero ¿qué es lo que se presenta ante él? No es pintura, no es ilusión; es un cuerpo, una persona; implica un alto grado de realismo. No por eso deja de ser obra, arte ¿Hasta qué punto es ficción? La percepción se pone en duda.

El artista Matías Feldman y dramaturgo abarca temas de esta índole en la forma y contenido de su performance Perspectiva, realizada en el Paseo de la Costa de Vicente López, como una especie de teatro al aire libre. Sin los elementos propios de una producción (telón, escenario, bambalinas, escenografía) ni delimitación del espacio, la obra se entremezcla con el entorno. Los personajes mudos, que no pretenden ser escuchados por un público, oscilan entre acciones performáticas y de gran naturalidad, llegando a generar confusiones entre las personas en los alrededores y los personajes. Los límites entre ficción y realidad se funden. A la vez, una voz mecanizada narra los sucesos, da indicaciones sobre dónde situar la atención, incita a reflexionar sobre cómo uno se relaciona con la realidad hoy en día, como se la percibe y procesa.

En el caso de los artistas Pablo Schanton y Alejandro Ros, sitúan al público en un lugar de incomodidad en relación a su mirada. En Cerca, al adentrarse en un cuarto oscuro, solo se encuentran iluminadas cuatro personas recostadas, durmientes y desnudas, cada una en una tarima. El resto de los sentidos entran en juego con olores intensos que invaden el ambiente y reproducciones de sonidos naturales del cuerpo, como latidos, respiración, roces. En plena conciencia, uno se aproxima a alguien en un estado opuesto al propio, en sueño y al descubierto. A partir de la inquietud que genera un otro, el espectador crea su propia distancia, duda sobre la aproximación y la mirada que proyecta hacia la obra.

La bienal fomenta la producción y el diálogo sobre las performances – obras cambiantes, efímeras que parten del cuerpo. Su carácter teatral, de puesta en escena, invita a pensar sobre las maneras en las que uno se relaciona con otros y con el entorno, sobre los límites entre construcción y realidad, en especial a partir de la proliferación de imágenes en la actualidad. El espectador se vuelve esencial en el proceso – como receptor, al observar, termina de construir sentidos.

Se está tan cerca de lo creado en una performance. El artista tiene en cuenta al público, ya que su capacidad receptiva y reaccionaria puede darle continuidad a lo que se presente ante él. Aquella voz en la obra de Feldman lo dice bien: Tan solo miremos.

Performance de Pablo Schanton y Alejandro Ros
Performance de Pablo Schanton y Alejandro Ros

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