Francisco Paciocco vivió unos meses en Milan y a modo de homenaje realizó un short film mostrando la gente, los lugares y la esencia de una las mejores ciudades del mundo.
Un viaje directo al corazón de Milán, un lugar tan inquietante como envolvente.
Todo fue filmado con una Canon 60D y la música es de Saltillo, “A Necessary End”.