La misma que se ataba las zapatillas de ballet en las escaleras del Malba, pero en versión inflable y gigante. Jeff Koons mudó a su “Seated Ballerina” a la Gran Manzana en un proyecto que busca apoyar al International Center for Missing and Exploited Children, junto con Tishman Speyer y el Art Production Fund, con el objetivo de lograr que el mundo sea un lugar mas seguro para los chicos.
Ubicada en el Rockefeller Center, en el mismo lugar donde todos los años se monta el árbol navideño en diciembre, esta pieza que recuerda un poco a la instalación de globos que Banksy hizo hace unos años cuando hizo su intervención en New York, mide 14 metros de alto y busca “simbolizar nociones de belleza y conectividad. Su superficie metalizada refleja lo que la rodea, logrando que cada espectador encuentre algo especial para ver”
Si estás por la ciudad, date una vuelta, ahí la vas a encontrar hasta el 2 de junio.