La muestra de Alberto Giacometti en el Tate Modern

“El objetivo del arte no es reproducir la realidad, sino crear una realidad de la misma intensidad” – Alberto Giacometti (1901-1966).

Uno de los artistas más vanguardistas de todos los tiempos. Lo definieron como ‘cubista’ y ‘surrealista’ pero lo cierto es que Alberto Giacometti es único en su especie y ninguna etiqueta le queda bien.

Nació un Octubre en Suiza, en un pueblo del sur cerca de la frontera con Italia. Hijo de un pintor post impresionista, vivió rodeado de arte y autorretratándose desde chiquito. Hoy, cincuenta años después de su muerte, el Tate Modern de Londres lo celebra con una exhibición exclusiva hasta el 10 de Septiembre 2017.

Fue pintor, dibujante, amante de las litografías y los estampados, pero su verdadero fuerte, y con lo que conquistó fama mundial, fueron sus espléndidas y lánguidas esculturas.

A los 21 años de edad, después de estudiar Bellas Artes se mudó a París donde trabajó con el escultor Antoine Bourdelle, uno de los discípulos de Rodin. Hasta los 40 años se dedicó exclusivamente a esculpir la cabeza humana, concentrándose en los ojos y la mirada, una de sus principales obsesiones ya que, según él, “el ser humano se diferencia solamente de los muertos por la mirada”. Sus modelos predilectas fueron su hermana y la artista Isabel Rawsthorne, también conocida como Isabel Delmer.

Sus trabajos rápidamente comenzaron a tener la forma que lo consagraría: esculturas bien estiradas, alargadas y raquíticas, y a mayor tamaño, más delgadez.

En 1946 se casó con Annette Arm, una genovesa que había trabajado en la Cruz Roja durante la Segunda Guerra Mundial, quien se convertiría en la máxima defensora de su obra.

Entre sus trabajos más famosos se encuentra Head of a Woman (1926) y Walking Man I (1960), clásica escultura en bronce. Y entre los mejores vendidos, L’Homme au doigt por 126 millones de dólares en 2015, y L’Homme qui marche por 104 millones en 2010.

Desde el 10 de Mayo hasta el 10 de Septiembre por única vez en el Tate Modern de Londres se pueden visitar más de 250 trabajos del artista incluyendo dibujos, sus icónicas y frágiles esculturas en bronce y trabajos realizados en yeso que repasan cinco décadas de su refinada obra.

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