Una dupla, un complemento, el ying y el yang y todas las metáforas que se les ocurra que agrupen de a dos son formas no solo válidas sino recurrentes de hablar de lo que aparece cuando se diseña en conjunto. Trabajar en pareja, sobre todo en todo lo que tenga que ver con creatividad, siempre suma: no solo las ideas se potencian sino que el hay una mirada crítica que ayuda a sacar lo mejor de cada uno.
Joan Martorello y Martinica Lena se conocieron mientras cursaban en la universidad y desde ese entonces vienen colaborando en la configuración de colecciones como Saurio, Manada y A1, dándose una mano en la etapa de investigación material y en el desarrollo de diferentes técnicas de tejido.
Estaba escrito, fue solo cuestión de tiempo que las cosas cayeran en su lugar para que ambos finalmente lanzaran Lena Martorello, un proyecto que nace de una ideología ante la moda y filosofía textil compartida: belleza imperfecta, simpleza, rusticidad minimalista, calidez natural y la búsqueda del potencial paso del tiempo materializado sobre las superficies que encierra cada prenda. El objetivo sigue siendo el mismo: explorar y continuar con la experimentación.
Prendas artesanales, materiales nobles y morfologías inesperadas caracterizan el trabajo de estos dos diseñadores que con Deriba 229 abren el juego a una nueva propuesta de moda en Buenos Aires. Simple, cómodo y con mucho de lo rústico que siempre caracterizó a las colecciones de Martorello.
Joan y Martinica son un combo explosivo. Conózcanlos en 10 preguntas.
¿Cómo te presentas en un grupo de gente que no conocés?
Lena: Me presento diciendo “Hola soy Martinica”
Martorello: Soy bastante esquivo a ese tipo de situación, soy tímido y suelo no hacerlo.
¿Qué te inspira y a quién admirás?
Lena: Me inspira especialmente la danza, y todo lo que tenga que ver con el movimiento y la expresión corporal. Encuentro una relación fuertemente arraigada con la naturaleza, el cuerpo como primera materia con la cual entramos en contacto, y la posibilidad que nos brinda de depender únicamente de nuestras posibilidades. También admiro a arquitectos como Frank Lloyd Wright o Tadao Ando quienes trabajaban con la idea de la naturaleza hecha abstracción en la obra arquitectónica. Admiro sus fuertes convicciones teóricas e ideológicas a la hora de diseñar, factor que los convierte en maestros de su disciplina.
Martorello: Para mí es mirar a las personas, su entorno, los resultantes y problemáticas que ha creado la locura del humano social con el mismo, con la naturaleza y los laberintos tan creativos que usa como respuesta a preguntas que no entiende. Admiro a Yamamoto, creo que en el momento que tuvo el despegue la nueva camada japonesa, supo demostrar tópicos muy profundos sin la necesidad de gritarlos, lo que lo diferenciaba de Kawakubo, a quien también admiro, pero soy más afín a la calma y el silencio.
¿Cómo fue el camino que te trajo a donde estás hoy?
Lena: Todo comenzó estudiando diseño de indumentaria. Ya finalizando la carrera comencé a trabajar con Joan asistiéndolo en la parte de tejidos de sus colecciones, hasta que, finalmente, hoy en día decidimos desarrollar una marca con el apellido de ambos y que reflejara nuestras identidades como diseñadores. Siempre me resultó sumamente atractiva nuestra actividad en tanto que vincula la expresión de un mensaje personal con el reflejo de la sociedad en la cual estamos inmersos. El indumento actúa como un símbolo, un puente de significado hacia quien lo observa y para que quien lo porta.
Martorello: Demasiada energía contenida, sin estar quizás preparado estructuralmente como marca, me lancé a varios concursos que me permitieron entrar en la escena. Ahora corremos menos y resolvemos mejor, a modo más profesional, hablo en plural porque Martinica siempre estuvo conmigo en todos los aspectos que hicieron falta para tener dos oportunidades de pasarela que consideramos óptimas. Siempre fue el plan mayor, terminar juntos en esto.
¿Cómo es tu proceso a la hora de ponerte a diseñar?
Lena: Por lo general no boceto. Si bien siempre existe una idea o un concepto por detrás del diseño de una prenda o una colección, en mi caso, todo fluye mejor al entrar en contacto con el papel para desarrollar el molde. Esto nunca queda como algo definitivo, sino que va mutando con la prueba de la tela sobre el cuerpo, donde factores como silueta, pesos visuales, color y superficie toman real relevancia.
Martorello: Doy vueltas como un perro, pensando y dibujando mucho.
¿Quién fue y qué te enseñó tu mejor maestro?
Lena: Mi mejor maestro fue Gustavo Lento Navarro, docente de diseño de la facultad cuya más importante enseñanza fue hacer que me adentre y apasione por esta disciplina.
Martorello: También. Gustavo Lento me enseño a mirar con respeto a otros sin la necesidad de contaminar la fidelidad de mi mensaje, de lo que quiero decir y a dónde quiero llegar con una colección y así descubrirme a mí mismo como creador y entender incluso lo que yo quería decir y no me podía entender por momentos.
A la hora de armar una colección ¿Qué prenda es la que se lleva toda tu atención?
Lena: El vestido.
Martorello: Algo de sastrería que rige en recursos a otras prendas
¿Con qué persona, actual o del pasado, te gustaría colaborar en una colección?
Lena: Yohji Yamamoto o Daniela Gregis
Martorello: Sruli Recht para obligarlo a cambiar sus materiales.
¿A qué lugar te mudarías sin pensarlo dos veces?
Lena: A Tilcara, en el Norte Argentino.
Martorello: Oslo.
¿Qué parte de tu rutina no cambiarías nunca?
Lena: Tomar mate a la mañana.
Martorello: Mis mañanas , me levanto muy temprano porque necesito diariamente tener un momento de no hacer NADA más que pensar tranquilo, a veces el día no me alcanza para eso y me pone mal.
¿Cuál es tu frase de cabecera?
Lena: No tengo una frase de cabecera, pero al ser una persona muy mental mi conciencia siempre me dice “dejá fluir”.
Martorello: No creo tener.