Arrancó una nueva temporada de premiaciones, esta vez de la mano de los VMAs, los premios en los que las estrellas de la música, la televisión y en menos escala, el cine, se dan una vuelta por la alfombra roja y el escenario de Inglewood, California, para celebrar un nuevo año de videos de música.
Será tal vez que hay cada vez más reality y menos videos en la pantalla del canal, o tal vez después de tanto tiempo el show necesita algo que lo renueve. La realidad es que el mundo de la música nunca estuvo tan aburrido, y ni siquiera la presencia de Jim Carrey y Jeff Daniels en el escenario, promocionando la secuela de “Tonto y Retonto”, o el interminable set de Beyoncé pudieron levantar el show.
Muchas sorpresas en la lista de ganadores, probablemente debido a que en la era de las redes sociales, los vencedores resultan más en un concurso de popularidad que en talento. Happy, el video de Pharrell Williams que hasta tuvo una edición de 24 horas en la web, fue el gran perdedor de la noche, sin ningún moonman a pesar de sus múltiples nominaciones. Fancy, el hit del verano del norte cortesía de la australiana Iggy Azalea y Charli XCX, tampoco tuvo mucha suerte a la hora los premios. Podes ver la lista de ganadores completa acá.
Fue Miley Cyrus, recatada, la que se consagró con el premio mayor de la noche gracias al video de Wrecking Ball, dirigido por el polémico Terry Richardson. Pero también fue la que mejor aprovechó el evento para dejar una huella mucho más relevante que el twerking y los martillos. A aceptar el premio en su honor subió Jessie, el acompañante de Miley, que confesó temblando ser uno de los más de 1.6 millones de chicos sin techo en Estados Unidos. A la par del speech, la cantante compartió en su facebook el link para concientizar sobre el tema, iniciando una campaña para recaudar fondos a beneficio de la fundación My Friend’s Place, en Hollywood.
Una de las mejores vestidas de la noche, Miley deslumbró en un conjunto de top y pantalón de Alexandre Vauthier Couture. Al igual que Vauthier, fueron muchos los diseñadores emergentes que tuvieron sus creaciones en la alfombra roja: Charbel Zoe fue el diseñador libanés que vistió nada menos que a Jennifer López; Alon Livne, un brillante diseñador israelí, fue el elegido de Kendall Jenner, y el sudafricano Marc Bouwer fue el encargado de cubrir a Laverne Cox, estrella de Orange is the New Black, en brillos.
Lo más flojo en la red carpet vino de la mano de Katy Perry y Riff Raff, una versión desmejorada de Britney y Justin circa 2001; Gwen Stefani, con un conjunto fucsia de L.A.M.B que no terminaba de favorecerla; y Amber Rose, siempre dando la nota, con un “vestido” hecho con cadenas.
Y vos, ¿cómo lo viste?