Reseña: La vida con cuatro sentidos y algunas faltas

Fuente: Página 12

La entereza // Eduardo Rubinschik

Un ataque que termina con un cuerpo decapitado parece un buen final para la vida de un hombre –si hablamos de una simple narración, claro está. También resulta una muerte instantánea y una imagen sumamente repugnante, acorde a un relato algo sangriento. El problema es cuando la decapitación no deviene en muerte, sino en vida. Un vivir nuevo, frente a la separación dicotómica de cuerpo-mente, que ha sido foco de miles de reflexiones. Una división efectiva que da comienzo a una historia oscura, absurda y atrapante.  El fallido plan de Enrique –matar a la pareja de su ex esposa– termina con el comienzo. El atacante será ahora pura cabeza, y frente a ello deberá enfrentar una realidad completamente nueva.

628544g0

Eduardo Rubinschik, quien en entrevistas señaló que goza ser señalado como un escritor raro, publicó esta novela que desde los primeros párrafos rompe con la fantasía o la distracción de esperar encontrarse con una historia algo común. La cabeza de Enrique emprenderá un camino de sobrevivencia y readaptación frente a su ex esposa, su actual pareja a quien llamará de mil formas, sus hijos y Emiliana. Mientras tanto, su cuerpo permanecerá atrapado en el sótano, como un animal salvaje. Es que Enrique, o lo que queda de él, será quien conserve la entereza. Conservará además cuatro sentidos, frente al tacto que se escapa junto a sus manos y el resto de su cuerpo.

El nuevo camino de Enrique conllevará la indiferencia de algunos –sus más cercanos–, y las diversas reacciones de los otros. Realizará estrategias para adquirir movimiento, aunque el saldo será enorme; encontrará también la sensualidad, frente a una castración que excede sus genitales; junto a nuevas compañías, logrará ganancias a partir de su condición; y buscará saber sobre el estado de su querido torsito, que lo ha abandonado y ahora es puro animal. Todas estas situaciones hacen al lector participe de esta absurda historia: una aventura gigante, para ser propia de una simple cabeza.

La entereza – Eduardo Rubinschik – Paradiso – 2017

Por MANUEL OUBIÑA

SaveSave

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *