Este soneto que escribió Stéphane Mallarmé en homenaje a Edgar Allan Poe fue incluido en un volumen publicado en estados unidos por amigos del autor de “el cuervo” poco después de haber inaugurado su monumento funerario en Baltimore, en ocasión del 25 aniversario de su muerte.
Luego, Mallarmé lo eligió para abrir su libro de traducciones en prosa de 37 poemas de Poe publicado en 1888 y 1889 en Bruselas y París, respectivamente.
Muchos de esos textos, entre los que se encuentran precisamente “El Cuervo”, “Annabel Lee” y “Ulalume”, ya fueron presentados en diferentes entregas en Buenos Aires Poetry.
LA TUMBA DE EDGAR POE
Tal como en sí mismo al fin la eternidad lo convierte,
el Poeta despierta con un estoque desvestido
a su siglo, espantado de no haber sabido
que en esa extraña voz triunfaba la Muerte.
Ellos, como un vil arrebato de hidra la serpiente
al oír otrora al ángel dar a la lengua un puro sentido,
anunciaron a los cielos el maleficio bebido
en las aguas sin honra de algún lúgubre confluente.
Si de las hostiles tierra y nube, ¡oh, queja!,
nuestra imaginación un bajorrelieve no cincela
del que la tumba de Poe se orne resplandeciente,
sereno bloque aquí caído de un cataclismo oscuro,
que al menos este granito muestre su límite siempre
a los negros vuelos del Blasfemo dispersos en el futuro.